Recibir una notificación de desalojo genera preocupación e incertidumbre, pero no siempre implica que la persona deba abandonar el inmueble de inmediato. En Córdoba, la ley reconoce distintas situaciones en las que el ocupante puede ejercer una defensa legítima.
Cada caso debe analizarse considerando el origen de la ocupación, el tiempo de permanencia y las mejoras realizadas.
Situaciones frecuentes de defensa
Entre los supuestos más habituales se encuentran:
- Ocupación prolongada con arraigo familiar
- Inmuebles heredados sin partición
- Mejoras sustanciales realizadas por el ocupante
- Falta de título claro por parte del reclamante
Estos elementos pueden ser determinantes para frenar o revisar un pedido de desalojo.
El rol del juez y el debido proceso
Los jueces evalúan cuidadosamente la prueba presentada por ambas partes. No se trata solo de quién figura en los registros, sino de cómo se desarrolló la relación con el inmueble a lo largo del tiempo.
Una defensa bien planteada permite evitar decisiones apresuradas y proteger la estabilidad habitacional del ocupante.
Importancia del asesoramiento temprano
Responder incorrectamente a una intimación o no presentarse en tiempo puede dejar al ocupante en una situación desfavorable. Analizar el caso desde el inicio permite plantear defensas sólidas y ordenar la prueba necesaria.
Conclusión
La defensa ante un desalojo requiere conocimiento técnico y estrategia legal. Cada situación es distinta y debe abordarse con seriedad para resguardar derechos y evitar consecuencias irreversibles.